¡Colombia no soporta más Uribe en su historia!


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¡Colombia no soporta más Uribe en su historia!  


En 2012 la Fiscal de la CPI, Fatou Bensouda, declaró que Colombia seguiría siendo objeto de examen preliminar porque habían "bases razonables para creer que los falsos positivos fueron una política de Estado" bajo los gobiernos de Uribe Vélez. "Estos asesinatos, cometidos para aumentar los índices de éxito militar, podrían considerarse crímenes de lesa humanidad; dichos actos también pueden ser catalogados como crímenes de guerra", concluyó en su informe. 

Han transcurrido siete años desde entonces; se cuenta con nuevo material probatorio, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) viene recibiendo graves denuncias de militares, periodistas y víctimas que advierten que el patrón criminal de las ejecuciones extrajudiciales se sostiene y se replica en absoluta impunidad (incluso su actual promotor al interior de las Fuerzas Militares, el general Nicacio Martínez, pese a las denuncias hechas por el New York Times y otros medios, y a los procesos abiertos en su contra por corrupción y vínculos paramilitares en la Procuraduría General fue ascendido de mayor general a general full con cuatro estrellas, por el senado de la República, con 64 votos a favor y uno en contra, el pasado 5 de junio). Los recursos de la justicia nacional se agotaron en su propia parálisis y evidente falta de voluntad para avanzar con las investigaciones que comprometen al expresidente Uribe con estos y otros crímenes de lesa humanidad. 

Hoy parte de la sociedad colombiana reclama acciones concretas por parte de la Corte Penal Internacional y le pide que actúe con celeridad y contundencia, que evite nuevos crímenes y que el odio que propone Uribe siga afectando el proceso de paz y amenazando la esperanza de reconciliación de un pueblo ignorado y violentado durante décadas. Es tiempo de que la CPI pase de una fase de Investigación a una de enjuiciamiento para que el Fiscal solicite a la Sala de Cuestiones Preliminares una orden de detención internacional -no de simple comparecencia porque en este caso si hay riesgo de fuga- contra el senador Álvaro Uribe Vélez.  

Colombia intenta pasar la página de la violencia y sentar las bases de una paz real, plena de garantías sociales y políticas en los territorios, pero con el retorno del uribismo al poder se registra un alarmante aumento en los asesinatos de líderes sociales, (en lo que va del 2019 se han denunciado 79 casos), en las amenazas y los hostigamientos. Los grupos narcoparamilitares se han fortalecido y han expandido su radio de influencia y control territorial porque están empoderado y cuentan con el respaldo de agentes del Estado y poderes locales. El partido del ex presidente Uribe, el Centro Democrático (llamado coloquialmente el Centro Demoniaco) se ha propuesto desvertebrar el Estado de Derecho recortando libertades ciudadanas, aboliendo la independencia de poderes, acabando con las altas Cortes (que lo investigan) y derogando la JEP, columna vertebral del Acuerdo de Paz. El fin de semana pasado llamó a una marcha de rechazo público a las altas cortes y contra sus fallos en derecho, y aunque no obtuvo el resultado esperado en nada modificó sus propósitos. Por eso ahora Uribe y su bancada parlamentaria, están convocando, mediante recolección de firmas, a un referendo para derogar la Jurisdicción Especial de Paz, modificar el Acuerdo de paz firmado,  y revocar a los magistrados de las altas cortes.

Uribe se ha propuesto, haciendo uso de su capital político, desconocer que el Acuerdo de Paz suscrito por el Gobierno Nacional y la guerrilla de las FARC en el 2016, a nombre del Estado colombiano, es de obligatorio cumplimiento como lo establece el Consejo Federal Suizo al reconocerlo como “Acuerdo Especial del DIH”, al ser avalado por el Consejo de Seguridad de la ONU a través de la resolución que autorizó la misión de verificación del cese del fuego y el desarme, y al haber sido blindado jurídicamente durante tres mandatos presidenciales por la Corte Constitucional.

Por eso el llamado es a detener a Uribe para que Colombia pueda seguir avanzando en la construcción de una nueva y diferente historia, para que el país conozca por fin la verdad y pueda vivir en paz. 

Nota ciudadana en la página de Change. org:

"Firmo. Pero no para que Uribe se vaya como si nada a disfrutar su vejez y se goce a sus nietos, sino para que intervenga la Corte Penal Internacional ya que ni Comisión de Acusaciones, ni la Fiscalía General, ni la Corte Suprema de Justicia han hecho nada en más de diez años frente a las 270 investigaciones abiertas en su contra. Debemos exigir que diga la verdad, someterlo a la JEP y sino, que la justicia ordinaria lo juzgue y vaya a prisión. No es una persona digna de ninguna consideración. Su vida política ha sido una basura. Metió al país en un fango de odio y crimen del que aún no nos libramos. El problema no es este criminal, sino quienes tienen que aplicar justicias, de los medios que amplifican su odio y mentiras y de un "periodismo" mediocre, servil, que ejerce el poder para desinformar. 

Deseo que esta petición sea conocida por la Corte Penal Internacional. Que se indique un formato único para que en todo el país y rincón de nuestra geografía se recojan firmas. Las personas que no están en esta plataforma seguro también apoyan la iniciativa": Gloria Ortega

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