COLOMBIA EN EL LIMBO Y DUQUE SACANDO PECHO

"Con V de Vacuna, con V de victoria"; dice Duque, sí, también con V del virus que sigue matando a las personas.




Parece un cruel chiste, pero es la realidad. En diciembre el gobierno anunció estar negociando 49 millones de vacunas (20 con Pfizer, 20 con AstraZeneca, 9 con Johnson & Johnson (de una sola dosis) y 20 vía Covax). Hoy, 15 de febrero, Duque dijo, muy a primera hora, con orgullo y gesto de heroísmo, que pronto vacunarán a 25 mil personas con las 50 mil dosis que llegarían al medio día a Bogotá, y en próximas semanas, en un día no muy lejano, llegaría otro cargamento que permitiría vacunar a otras 800 mil, de los 51 millones y pucho, de habitantes que somos en el país ¿Es en serio? Si, es en serio. ¡Somos el hazmerreír del continente!

Nadie podría negar que es positivo que lleguen algunas vacunas, peor sería que no llegara ninguna, pero la cantidad es insuficiente, no alcanza ni para el 1% de la población y no corresponde a lo anunciado en repetidas oportunidades por el gobierno nacional. Esa mínima porción de personas a vacunar no contendrá la expansión del virus ni creará la tan mentada "inmunidad de rebaño” que es la que haría que la población fuese inmune a una enfermedad ni es indicativo alguno de que este año se podría vacunar al grueso de la ciudadanía. Ese cargamento es una burla.

Pero llegaron y el gobierno se auto felicitó

Pese al incumplimiento en fecha y cantidad, al manejo turbio dado a los contratos firmados para la adquisición de las vacunas con recursos públicos, y a las denuncias de corrupción que comprometen a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) desde mucho antes de la llegada de este primer cargamento de vacunas de Pfizer, el presidente Duque acudió a la pista del aeropuerto el Dorado de Bogotá para recibirlo en persona.

Disfrazado con chaleco naranja de la aeronáutica civil, de pie ante el atrio que le habían armado en plena pista, con el himno nacional sonando al fondo y un avión amarillo de DHL y la gran y ÚNICA caja con las vacunas, cubierta con la bandera de Colombia, como escenografía, Duque pronunció un discurso insulso y apañado que nos dejó la sensación de estar asistiendo a la comedia de un gobernante cínico y embaucador. Habló de los contratos sin revelar la verdad ni el precio de cada dosis, de un programa de vacunación bien diseñado que no se percibe, y de un éxito anticipado que en relación con otras naciones solo es muestra de un estruendoso fracaso.

Colombia es el segundo país latinoamericano, después de Brasil (que nos cuadriplica en población) con mayor número de contagios y es el tercero, después de Brasil y México (que casi nos triplica en población) con el mayor número de fallecidos. A nivel mundial seguimos ocupando el puesto 11 en cantidad de contagios reportados.

¿Había necesidad de este show presidencial? Más de 100 millones de vacunas ya se han aplicado en más de 77 países, y en ninguno de estos hemos visto a sus presidentes participar de una puesta en escena semejante. Colombia es de los últimos países en recibir las vacunas, y Duque, sale en transmisión en directo por todos los medios de comunicación sacando pecho como si fuera su logro personal, rodeado por la primera línea de su gobierno, entre ellos el ministro de Salud con rodilleras bien puestas, balbuceando agradecimientos al presidente por este cargamento, como si no fuera su obligación.

La realidad es que acá no hay heroísmo alguno y las actuaciones de Duque y su ministro de Salud, pueden catalogarse de negligencia criminal.

El Twitter de Iván Duque (@IvanDuque) a primera hora de hoy fue: "Queremos informar que esta tarde llegan las primeras 50 mil vacunas de Pfizer, del primer despacho de 1’650.000 dosis que estarán en el país en las próximas tres semanas". Pasado el mediodía, escribió él o alguien a su nombre: "Desde el año pasado trabajamos, en equipo, en el Plan Nacional de Vacunación y hoy le estamos cumpliendo a Colombia. Comenzaremos aplicación de los biológicos a quienes tienen más riesgo, y avanzaremos en la meta de vacunar el 70% de la población y buscar la inmunidad colectiva".

Gustavo Petro (@petrogustavo) respondió al Twitter del ministro de Salud, que acompañaba con una foto, en la que se le observa con la cúpula del gobierno posando para la ‘selfie’ del día, con la mano levantada y los dedos dibujando la V (de virus): "Muy bien porque algunos colombianos, ojalá del sector salud, puedan vacunarse. Pero no deja de ser una desfachatez estos signos de victoria cuando se ha llevado el país a los más altos contagios y muertes en el mundo y cuando somos de los últimos en iniciar una vacunación débil".

El trino del ministro de salud, Fernando Ruiz (@Fruizgomez) fue: "Yo me Vacuno! Un momento para la historia @MinSaludCol @infopresidencia" ¿Un momento para la historia? ¡La historia del cinismo, será!

¿Más desfachatez será posible? Nunca antes la presidencia del país nos avergonzaba tanto, ni siquiera con Uribe y su prontuario criminal, cuyo mandado parecía ser la consecuencia lógica de un país y de unos gobiernos postrados y entregados a la mafia y al narcotráfico.

Si no fuera dolorosa, en extrema dolorosa esta realidad, no pararíamos de reír.

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