Volodimir Zelenski, más sólo y rechazado que nunca

 

Su destreza comunicativa, la que según sus críticos es su mayor fortaleza haciéndolo parecer a veces como un gran estadista, le ha servido para pronunciar frases que desatan el fervor colectivo, como cuando dijo que "los ucranianos somos una nación pacífica. Pero si nos quedamos callados hoy, mañana habremos desaparecido", o cuando cuestionó el dudoso apoyo internacional y solicitó una coalición antiguerra, “estamos defendiendo nuestro Estado solos. Las fuerzas más poderosas del mundo solo están mirando". Pero más allá de eso, de un segmento de la población que atendió su mensaje de patriotismo y se ha armado para luchar por su tierra, no ha logrado disuadir a la OTAN para que acepte sus propuestas ni a los demás países que hoy parecen más enfocados en castigar a Rusia que en auxiliar a Ucrania. El mundo sabe que meterse de manera directa podría escalar el conflicto y llevarlo a una confrontación nuclear de imprevisibles y aterradoras consecuencias.

La UE lo desprecia, la OTAN le niega la posibilidad de establecer una zona de exclusión aérea en Ucrania y parte del mundo lo declara responsable de la crisis y de la invasión rusa. Hoy está más sólo que nunca. De su pueblo, una parte lo apoya y agradece su decisión de no huir tras el inicio de la invasión como hacen algunos mandatarios caídos en desgracia, otro tanto lo odia y unos cuantos lo ven como un payaso que no sabe lo que es gobernar un país o como un pichón de nazi. ¿Qué puede hacer? ¿Si renuncia Rusia se retira? ¿Si reconoce la independencia de Donetsk y Luhansk, Rusia pone punto final a la invasión? ¿Si declara la neutralidad de Ucrania y se compromete a no ingresar a la OTAN ni a prestar el territorio para poner misiles en la frontera se detendría este exterminio?

Reconocer la independencia de estos dos estados es inviable como lo afirma la misma ONU porque, entre otras razones, se estaría desconociendo el Protocolo de Minsk, refrendado por el Consejo de Seguridad. Sin embargo, los Acuerdos, sellados en un contexto de extrema polarización, pocos meses después de la Revolución de la Dignidad, el derrocamiento del presidente prorruso Víktor Yanukóvich en febrero de 2014 en medio de fuertes manifestaciones, cuando medio país apoyaba una asociación con Europa y otro medio con Rusia, han sido burlados sistemáticamente durante años por el gobierno de Ucrania, y ahora Putin al reconocer la independencia de las regiones de Donetsk y Luhansk, además de escupir sobre el Protocolo, viola la soberanía de Ucrania. La firma del Acuerdo en Minsk, capital de Bielorrusia, el 5 de septiembre de 2014 por parte de representantes de Ucrania, la Federación Rusa, la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk, con el acompañamiento de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), fue un acto de confianza en la cordura política de estas naciones, pero además de ser burlado por las partes, no pudo detener la guerra ni los bombardeos sobre el este de Ucrania. El acuerdo supuso un alto el fuego inmediato en la región de Donbass, pero pronto siguieron los combates y los ataques a la población civil, y aunque se firmó un memorando estalló una segunda batalla por el Aeropuerto Internacional de Donetsk, las partes siguieron acusándose mutuamente de violar el alto al fuego, y la «ley sobre el estatuto especial» aprobada en el Protocolo de Minsk fue modificada unilateralmente por el parlamento ucraniano. Desde el inicio el Protocolo de Minsk, con sus doce puntos, fue letra muerta.

Hoy Volodimir Zelenski es visto como un genocida en varias regiones de Ucrania y parte del mundo, aunque la mayoría de las naciones expresen su repudio a la invasión rusa y sientan el deber de la empatía y la solidaridad con el pueblo ucraniano. Hace pocos días el secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa de Ucrania, Oleksiy Danilov, informó que se había frustrado un intento de asesinato del presidente Zelenski, ideado por una “unidad de élite” paramilitar de Chechenia. Según la prensa, el mandatario ha sobrevivido a tres atentados en una semana, y uno de los ataques habría sido ejecutado por un grupo de mercenarios respaldados por el Kremlin, conocido como Wagner. Lo cierto es que el gobierno de Zelenski se tambalea, y si el presidente logra salir con vida de esta dramática coyuntura no caerá de pie. Lo sabe. La negativa de la OTAN a su petición fue un duro golpe que le confirmó que está solo. En un vídeo publicado en la página de presidencia, Zelenski afirmó notablemente dolido que "la dirección de la Alianza (Atlántica) había dado el visto bueno a la continuación de los bombardeos contra ciudades y pueblos ucranianos al negarse a instaurar una zona de exclusión aérea”.

El Parlamento Europeo tampoco aceptó ni aceptará la solicitud de Ucrania para unirse a la Unión Europea ni habrá ningún procedimiento especial de adhesión, de acuerdo con la agencia de noticias EFE. Esto desmiente los mensajes virales que malinterpretan una petición de la Eurocámara para que se reconozca a este país como candidato al ingreso.

“La Eurocámara no tiene capacidad decisoria sobre este proceso, más allá de expresar un apoyo político, por lo que no es vinculante para el proceso de adhesión de Ucrania al club comunitario, según apunta el fact-checker Newtral. En las últimas tres tandas de adhesiones, todas ellas materializadas en la década de los 2000, los países tuvieron que esperar 10 años de media entre que formalizaron su solicitud para entrar a formar parte de la UE y su adhesión oficial”.

Ucrania debe salvar a Ucrania. Y su presidente, responsable también de la mayor crisis en su país y de su destrucción, con casi dos millones de personas huyendo de la guerra y refugiándose en otros países, tendrá que tomar decisiones puntuales pensando en su pueblo, en su deber de protegerlo, evitar más muertes y parar esta guerra demencial. Rusia no aceptará misiles de la OTAN en sus fronteras. Estados Unidos tampoco lo aceptaría.

//Ilustración tomada de El País de España. Marzo 3 de 2022